¿Cómo huelen las ánforas antiguas?
Ahora ya sabemos cómo huelen las ánforas del Antiguo Egipto
Quizás nunca te lo hayas planteado, pero en la actualidad la Ciencia ha logrado “captar el olor del contenido de ánforas muy antiguas” sin necesidad de romperlas, manteniendo así intactas estas reliquias de la historia, pero revelando información fundamental para conocer la vida y costumbres de nuestros antepasados.
Un grupo de investigadores italianos nos ha sorprendido con sus conclusiones al revelar el contenido de varias decenas de ánforas egipcias precintadas, así como otros recipientes, de hace más de 3.000 años.
Los investigadores se propusieron descubrir cuál era el contenido de estas ánforas sin tener que romper su precinto, con objeto de conservarlas intactas para su exposición en un museo o para posteriores investigaciones.
Su objetivo se ha cumplido con el uso de tecnología utilizada en el ámbito de la medicina, concretamente se trata de la Espectrometría de Masas con Tubo de Flujo de Iones. Esta tecnología se usa habitualmente para estudiar las partículas presentes en el aire que respiramos, de modo que se pueden evaluar los contaminantes que contiene.
Así pues, estos investigadores han logrado determinar el contenido de las ánforas y de este modo podemos tener más información de los usos y costumbres de la época.
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Las ánforas y demás recipientes objeto de esta investigación pertenecieron a Kha y a su mujer Merit. Kha era un arquitecto de Amenofis III, de la dinastía XVIII, es decir, estamos remontándonos al siglo XIV a. C.
Se ha determinado mediante dicha técnica que estos recipientes contenían resinas y ungüentos empleados en productos cosméticos. Entre los alimentos que se transportaban estaban el vino, el aceite de oliva, la miel, la leche, las aceitunas, el pescado seco, y alimentos secos, como los cereales, o incluso agua simplemente.
Algunos recipientes se usaban en las tumbas, donde contenían las cenizas del difunto. Otro tipo especial era el ánfora panatenaica, estas se llenaban de aceitunas y se entregaban como premios en los Juegos Panatenaicos, celebrados cada cuatro años en Atenas. Por último, las ánforas en miniatura, se usaban para almacenar perfume.
Los romanos usaban las ánforas de la misma manera que los griegos, pero añadiendo los clásicos romanos que eran la salsa de pescado (garum) y las frutas en conserva. Por esta razón, las ánforas se sellaban con tapones de arcilla o resina, y algunas también tenían una tapa de cerámica cuando se almacenaban productos secos.
Por último, las ánforas también se usaban con fines totalmente ajenos a su diseño original, tales como enterradas en terrenos pantanosos para conseguir cimientos más estables para los edificios y las paredes, o en las cúpulas de los techos para crear un mayor soporte.