El baño es un lugar donde nos entregamos por completo a nosotros mismos, dependiendo del tiempo que tengamos lo podremos disfrutar más o menos, pero lo realmente maravilloso es que nada más entrar, el ambiente que hayamos creado nos haga sentir relajados. En esta decoración han protagonizado dos piezas pequeñas: un ánfora volcánica modelo 35 “Ágora” a la izquierda, que no necesita ningún soporte al tener base plana, y la modelo 32 “Marsella”, que está tumbada sin soporte, porque así lo han decidido para la decoración del lavabo. Esta última la tenemos a la derecha, más cerca del espejo. Estas ánforas están realizadas a mano, con un barro muy resistente con el que hemos conseguido reflejar el típico terreno volcánico que caracteriza a nuestra zona, con toques rosáceos simulando la esencia de una lava incandescente. Un ambiente minimalista, donde la presencia de estas dos ánforas resalta sobremanera.
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Continuamos con este baño pequeño para una ducha rápida.
En esta casa prevalece la austeridad y el minimalismo, rememorando la esencia de los cortijos o caseríos de campo que se inclina más bien hacia el estilo contemporáneo, y para ello, qué mejor elección para decorar la hornacina de la ducha que una ánfora “Bética” grande (la más grande de la gama de las pequeñas, pues aún hay un tamaño mediano y pequeño por debajo de ésta) donde se vertían en la antigüedad los perfumes, las esencias, los ungüentos e incluso pócimas.
Aquí podemos ver con más precisión este modelo, una reproducción hecha a mano por artesanos, con un barro muy rústico al que conocemos como “barro refractario”, muy resistente y con un aspecto bastante arquológico. El soporte que la sostiene es un pie de trípode Modelo 500 de hierro de forja que pasa desapercibido dejando prácticamente todo el protagonismo a la pieza (como prácticamente todos nuestros soportes), aunque es cierto que sin él no se podría soportar en esta posición, pues tiene la altura apropiada.
El ánfora “Sicilia” MD18, es una pieza de gran envergadura, categorizada como “ánfora grande” llegando a los 90 cm de altura. Colocada en esta esquina, con los colores tierra suaves del fondo, aporta vida propia sobre la pared, vistiéndose con un pompón de coral de diferentes colores los cuales la hacen aún más vistosa.
Aunque la ánfora “Sicilia” nos pareció todo un acierto para la decoración de la esquinas del baño, probamos con otra ánfora con una tradición de más de 2000 años que aún en nuestros días no solo recordamos en casa de nuestros abuelos o padres, si no que además queremos tener a nuestro alrededor como un símbolo de cultura Mediterránea. Es el ánfora “Pompeya” Modelo 50, una pieza un poco más baja que la modelo “Sicilia” anterior, pero también más ancha que ésta. En la antigüedad se usaba sobre todo para transportar agua a las casas, o allá donde hiciera falta. Es una pieza de color tierra o arenisca, que también va muy en consonancia con los suelos de barro, como antaño. Estas piezas además llevan incorporadas unas concreciones de vida marina fosilizada, de colores naturales que la flora y fauna marina les ha regalado al haber estado sumergidas bajo el mar durante su cultivo.
Sobre el mueble de obra del baño nos encontramos tumbada una preciosa ánfora la MD104 mediana, una reproducción típica de las islas Baleares pero que también se distribuía por Marsella y el Golfo de Foz. Su forma romboide es muy peculiar y muy diferente a las diversas formas de las ánforas del Mediterráneo.
Volvemos a ver ahora a las ánforas volcánicas sobre el lavabo de marmol travertino, aunque en otra posición. Se han elegido este tipo de ánforas porque son muy rústicas y porque llevan un tono parecido a la grifería del baño, que inteligentemente nos transporta a la antigüedad, en un ambiente relajado y cómodo.
Por último, se ha vuelto a decorar el lavabo sobre este mueble de tonos beige, con alguna reproducción como la ollita volcánica pequeña (pues la hay de dos tamaños dentro de la gama de las ánforas pequeñas: grande y pequeña), usada también como cuenco para las pócimas o ungüentos (nuestras actuales cremas hidratantes).
Aquí podéis ver el escenario completo. Una habitación en tonos claros, pastel, con la combinación de ánforas y Acompañando a la decoración, podemos apreciar también un espejo que es una escotilla de barco antigua y una gorgonia de estructura ramificada en forma de abanico apoyada en la pared, y un coral natural.
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Las ánforas volcánicas son de un color oscuro, como la tierra volcánica, con tonalidades rosáceas que simulan la lava incandescente, por donde vemos el efecto de grietas en el barro. Este color de tierra es muy propio de las zonas volcánicas del levante peninsular y de la isla de Lanzarote, zonas de emisiones violentas de magma a la superficie terrestre.
Las ánforas de barro refractario están hechas de un barro muy resistente a altas temperaturas que simula las piezas de antaño hechas en hornos de leña. Su aspecto es muy arqueológico, ya que su pátina exterior es más vasta e irregular, y tiene tonalidades muy versátiles.
Nuestras reproducciones están realizadas en mármol reconstituido, con un 80 % de mármol en su composición obtenido de Macael seleccionado por su pureza de blanco.
La formulación empleada, además de aportar un aspecto marmóreo real, dota a nuestras reproducciones de una excelente resistencia mecánica y estabilidad ante los agentes atmosféricos atmosféricos como el agua, cambios de temperatura, hielo, y radiación ultravioleta, lo que permite que además de su utilización en interiores sean muy adecuadas para decoración de exteriores.
El acabado de las piezas se hace de forma ordinaria en mármol más o menos envejecido, pudiendo ir desde el blanco puro a acabados con aspecto arqueológico. De forma estándar las piezas se acaban con un aspecto ligeramente envejecido, pero el cliente puede determinar en su encargo el grado de envejecimiento que prefiera. Para esto se utilizan pátinas a base de óxidos estabilizados e inalterables en el tiempo. También estarían disponibles otros acabados como terracota, piedra arenisca o caliza o acabados en color definidos por el cliente.
En este caso, tras darle el acabado arqueológico, se han sometido a nuestro proceso de envejecimiento acelerado bajo el mar y han resurgido de las aguas con tal aspecto que parezca que hubieran viajado en el tiempo durante siglos.
Nuestras reproducciones están realizadas en mármol reconstituido, con un 80 % de mármol en su composición obtenido de Macael seleccionado por su pureza de blanco.
La formulación empleada, además de aportar un aspecto marmóreo real, dota a nuestras reproducciones de una excelente resistencia mecánica y estabilidad ante los agentes atmosféricos atmosféricos como el agua, cambios de temperatura, hielo, y radiación ultravioleta, lo que permite que además de su utilización en interiores sean muy adecuadas para decoración de exteriores.
El acabado de las piezas se hace de forma ordinaria en mármol más o menos envejecido, pudiendo ir desde el blanco puro a acabados con aspecto arqueológico. De forma estándar las piezas se acaban con un aspecto ligeramente envejecido, pero el cliente puede determinar en su encargo el grado de envejecimiento que prefiera. Para esto se utilizan pátinas a base de óxidos estabilizados e inalterables en el tiempo. También estarían disponibles otros acabados como terracota, piedra arenisca o caliza o acabados en color definidos por el cliente.
La técnica de vaciado utilizada por nuestra empresa ha sido desarrollada y perfeccionada durante años, lo que la convierte en exclusiva, permitiendo el vaciado de grandes piezas a un coste razonable, pues reduce muy significativamente el tiempo y el trabajo requerido para obtener reproducciones de altísima calidad de piezas de tamaño considerable.
El proceso es, como en todas las reproducciones por vaciado, obtener mediante moldes las partes más grandes posibles. A veces es posible obtener la escultura completa, pero lo normal es que la complejidad de la pieza debido a la postura de las extremidades, ropajes, etc., no permita esto y haya que hacerlo por piezas más pequeñas que luego hay que unir sin modificar la escultura en su conjunto y sin que se aprecien las uniones.
Los moldes, obtenidos de piezas perfectamente acabadas, se realizan íntegramente en nuestros talleres utilizando materiales de la más alta calidad y técnicas muy depuradas, permitiendo la obtención de reproducciones idénticas incluso en los mínimos detalles.
Gran parte de nuestra colección de escultura proviene de los fondos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que desde el siglo XVIII, comenzó a reunir una colección de reproducciones de las obras más apreciadas de la antigüedad.
Muchas de estas piezas provienen del Vaticano, del Museo Capitolino, de los palacios de los Ludovisi y los Borghese, así como de obras adquiridas por Felipe V a Cristina de Suecia y al marqués del Carpio. Un gran número de ellas provienen de la donación del rey Carlos III a la Academia procedentes de Pompeya y Herculano. También el pintor Anton Raphael Mengs dona una importante colección de piezas que reprodujo en Roma a lo largo de muchos años.
Además de las piezas obtenidas a través de la Academia de Bellas Artes, en nuestra colección hay un gran número procedentes de la adquisición de reproducciones en diferentes museos del mundo y de originales pertenecientes a colecciones privadas.
En todos los casos nuestras piezas son reproducciones fieles de estos originales seleccionados por su singularidad singularidad y belleza.
Son reproducciones de ánforas antiguas de la tipología del Mediterráneo. Se realizan a mano por maestros alfareros, siguiendo técnicas milenarias de las antiguas civilizaciones. Estas piezas se someten a un proceso de electrólisis con ácidos, sales y corriente continua, con el fin de deteriorar el barro para que se haga más poroso. Las hay en color marrón y en color negro, como se muestra en las imágenes respectivamente.
Las ánforas con vida marina están hechas a mano y sometidas a un proceso de envejecimiento acelerado bajo el mar durante un periodo de tiempo de 3-5 años.
Este procedimiento es totalmente natural, sostenible y respetuoso con el medio ambiente, ya que se trata de un recurso regenerador de zooplancton.
Aprovechamos el rechazo de vida marina que recircula dentro del sistema de refrigeración de una central térmica, y la conducimos a través de tuberías submarinas hasta nuestros viveros, donde yacen las ánforas bajo el mar, acelerando el proceso de envejecimiento de estas piezas que quedan dotadas de toda la belleza de la flora y fauna: la pátina del mar.
En la página del producto deseado, tras pinchar en la pestaña naranja “Añadir al Carrito”, abajo del todo, te aparecerá en letras mayúsculas: “TOTAL DEL CARRITO” y debajo “Envío”. Ahí podrás ver las distintas agencias de transporte que pueden enviarte el producto (Correos, Correos Express, Zeleris, etc.), el tiempo que tardan y los precios de cada una. Puedes elegir la que más te convenga. Si por cualquier motivo no está satisfecho con su pedido, dependiendo de la distancia en km (dentro de la Península, Islas, dentro de Europa u otros países), dispone de un plazo entre 2 a 7 días hábiles a contar desde la fecha de recepción para devolverlo, si es que el producto no se corresponde al pedido realizado por Vd.
La calidad de los productos que ofrecemos radica en que nuestras piezas están hechas a mano por maestros artesanos, es decir, no están hechas en moldes, por lo que las dimensiones de las piezas serán muy aproximadas a las estándar, pero no serán exactas, pudiendo variar algunos centímetros.
Todas nuestras piezas tienen una presentación exquisita, acompañadas de una plaquita de acero inoxidable colgando del asa que acredita su origen, dónde se encontró, qué transportaba y a qué civilización pertenece; además de un pergamino que certifica que son reproducciones de ánforas antiguas. En pedidos de varias piezas, se puede solicitar información sobre la personalización de la parte trasera de la plaquita, customizándola con el logo de la empresa, el evento o la celebración que tenga lugar, fechas, mensaje, etc.
En cuanto al packaging de las ánforas, éstas se presentan dentro de un saquito de tela arpillera con hilo de cuerda bramante, y éste dentro de una caja que simula un cofre antiguo.
Nuestras piezas son reproducciones de ánforas antiguas del Mediterráneo hechas a mano por maestros artesanos y sometidas a un proceso de envejecimiento acelerado bajo el mar totalmente natural, ya que las auténticas no se pueden comercializar al estar prohibida su venta.
Se cultivan durante un periodo de 3-5 años para que la vida marina sobrante del proceso de refrigeración de una central anide sobre ellas fosilizándose y aportándoles la belleza de la pátina del mar.
Cada pieza es única e inigualable y lleva un pergamino en el que certificamos que se ha elaborado en los fondos marinos junto al Parque Natural Cabo de Gata-Níjar mediante un proceso natural y que su aspecto final dependerá de las condiciones marinas. Así, el envejecimiento del producto que le servimos no será exactamente igual a la imagen que se muestra en nuestro catálogo, pero sí muy parecido, debido a que son la flora y fauna marinas las que se encargan de su decoración y aspecto final. Además, al estar hechas a mano las dimensiones de las piezas serán muy aproximadas a las estándar, pero no serán exactas, pudiendo variar algunos centímetros.