De la Isla de Samotracia al Museo del Louvre de París y de allí a los fondos marinos de Ánforas de Mar. La Victoria de Samotracia, en griego Níkes Samothákes, mundialmente conocida por ser una de las estatuas más espectaculares y acabadas del periodo Helenístico.
Su descubridor Champoiseau la encontró en las ruinas de la isla de Samotracia, en un Santuario dedicado a Caberoi (Grandes dioses). Después de hallar junto a la escultura unas plumas y tapices éste concluyó que representaba a la Diosa Victoria, una imperecedera representación del viento griego, por lo vasto y grandioso. Con sus 2,70 m de altura, hoy día ocupa una sala en el Museo del Louvre de París.
Un poco de historia sobre la segunda Victoria de Samotracia
Históricamente la isla tenía fama porque allí se celebraban ritos secretos de iniciación y ceremonias de admisión a unos misterios que el iniciado estaba obligado a guardar en el más absoluto de los silencios. El ritual constaba de dos partes, por un lado el ritual para el iniciado y por otro los espectadores, para los que se hacían purificaciones, sacrificios e interrogatorios por medio de un sacerdote, siempre de noche y a la luz de las antorchas.
Había un área pública en la que se escenificaban obras, donde se relacionaba a los dioses con el mar en el recinto donde se hallaba la Victoria durante el festival anual de verano, coincidiendo con los meses de navegación de abril a octubre.
El Santuario donde se halló se asociaba a la protección de los navegantes y por ende a su abrigo, amparo, auxilio y suerte en las victorias navales y estos agradecidos depositaban ofrendas, alguna de ellas tan impresionante como la Diosa Niké. Se cree que este Santuario fue soportó múltiples terremotos sucedidos en el siglo IV d. C. paralelo al abandono de los templos paganos. El caso es que después de estos acontecimientos muchos bloques se reutilizaron en construcciones Bizantinas y otros fragmentos escultóricos se difuminaron, seguramente fue donde perdería la cabeza y el brazo la Victoria Alada.
Cabeza de medusa envejecida bajo el mar “la máscara incomprendida”
Medusa era originalmente una hermosa doncella «la celosa aspiración de muchos pretendientes» y sacerdotisa del templo de Atenea, pero cuando fue violada por el «Señor del Mar», Poseidón, en el mismo templo, la enfurecida diosa transformó el hermoso cabello de la joven en serpientes.
En Ánforas de Mar nos gustan los retos y nos hemos dispuesto a formar una colección de seres mitológicos, esculturas y bustos de los más emblemáticos de todo el universo y más allá, para ofrecerles a nuestros distinguidos clientes piezas donde el mar ha plasmado su arte en una pieza con una historia reveladora detrás.
EN NUESTRO MUSEO PARTICULAR DE ÁNFORAS DE MAR ESTAMOS CREANDO UN VERDADERO SANTUARIO DE ESTATUAS MITOLÓGICAS Y DE LAS ESCULTURAS CLÁSICAS MÁS EMBLEMÁTICAS DE LA HISTORIA ANTIGUA. NUESTRA QUERIDA Y APRECIADA “DIOSA ALADA” NO ESTÁ SOLA
LA PRIMERA VICTORIA DE SAMOTRACIA YA TIENE DUEÑOS Y DESPUÉS DE TRES AÑOS BAJO EL MAR EN OCTUBRE LA TRANSPORTAREMOS A SU NUEVO HOGAR EN UNA VILLA DE LUJO EN MÁLAGA
La primera Victoria de Samotracia ya tiene dueños, son una maravillosa pareja que más que clientes ya son unos de nuestros mejores amigos, Fred y Carol, de la ciudad de Champaña, Francia. En octubre vienen a por su pieza, tras haber esperado a que envejezca bajo el mar durante 3 años. La colocarán en su casa de Fuengirola (Málaga), en una gran explanada que dispone de una piscina que rodea la casa.